nos abren los pasadizos de la penumbra.
De tu mano cruzo el puente a la hipnosis de la noche,
que nos induce a un extraño rapto
en el que somos el juego primigenio
de dos dioses salvajes,
de dos tibios animales
sin palabras ni tiempo.
Nos damos cuenta:
el río canta y la lluvia dormita,
se enreda en la luz irreal;
la piedra contiene el aliento y el cielo respira.
Y así hundiste el destello de plata en mi vientre de arcilla,
donde despertó la víbora de cristal
y ascendió a mis lágrimas.

vaaaya ceci, después de leer esto tengo alguna cosa que preguntarte, pero mejor en privado sí? :D
ResponderEliminarmuak!
actuar na rúa é unha das cousas máis incribles que hai...esa maxia de non saber cómo vai acabar o conto, esa espontaneidade d1 público activo, ese "Noviembre" de Achero Mañas...(qué bos recordos!)
ResponderEliminaralégrome de que o experimntaras...igual algún día o chegamos a compartir, quen sabe...
Unha aperta, Ceci.
Debo decir que de los poemas que he leído hasta ahora en este blog, este es mi favorito.
ResponderEliminarMi enhorabuena y que des muchos conciertos más, buena suerte.
Hola! He puesto un nuevo concurso en el blog, pásate y participa cuando quieras!
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