lunes, 8 de noviembre de 2010

EL CALIDOSCOPIO DEL CAOS

23-9-10



















Desde allá, donde la furia se levanta resoplando desde el blanco absoluto,
vibra lentamente el gemido, da sus primeros pasos, y despliega sus robadas alas de canto
empezando a deshojar la rosa de arena, avivando cada parpadeo del cielo,
fecundando la luz en su negra matriz.

Lo imposible rompe como un mar contra el mundo
segundo a segundo,
surgiendo de las lineas en las manos de los hombres,
de espirales en sus dedos,
real como una caida al vacio
que despierta al cautivo.

No hay más que abrir las puertas cuando llama el mensajero,
no hay más que dar la mano al regalo del fuego.
Ver la sonrisa de la promesa,
el guiño de una hermana en la boca del destino,
esperando a nombrarte el nuevo retoño,
rey de tus pasos y guardián de tus horas,
el único en la tierra solo con ella.
Riendo bajo la lluvia de hosannas que sacuden el espacio,
trazando ante ti los arco-iris que llevas dentro,
multiplicados por las lágrimas.



sábado, 20 de marzo de 2010

RÉVÜLÉSSEL RÉVÜLÖK

Todo lo que ha visto la Luna:
sufrientes torrentes que se olvidan,
cayendo se queman en las honduras.
Refulgen sus últimos guiños
tras la corteza anciana y cálida de la tierra dormida,
paciente, imperturbable abuela de los ciervos.

Circula como arroyos ciegos y cansados
en el jugo de las bayas, en el líquido espinal,
a través de las flautas de las zarzas.
Las espinas del Sol lloran tdos los nombres,
se detienen silbando en las madrigueras
y en los vientres de las lobas,
coronando el musgo de hojarasca,
devolviendo el alado fuego a las charcas inundadas,
al barro generoso,
a la eterna mirada que vuela por el bosque.


















Imagen por Agnes Toth

jueves, 14 de enero de 2010

SONÁMBULOS

Espectros y reflejos acechando en el umbral
nos abren los pasadizos de la penumbra.

De tu mano cruzo el puente a la hipnosis de la noche,
que nos induce a un extraño rapto
en el que somos el juego primigenio
de dos dioses salvajes,
de dos tibios animales
sin palabras ni tiempo.

Nos damos cuenta:
el río canta y la lluvia dormita,
se enreda en la luz irreal;
la piedra contiene el aliento y el cielo respira.

Y así hundiste el destello de plata en mi vientre de arcilla,
donde despertó la víbora de cristal
y ascendió a mis lágrimas.