sábado, 20 de marzo de 2010

RÉVÜLÉSSEL RÉVÜLÖK

Todo lo que ha visto la Luna:
sufrientes torrentes que se olvidan,
cayendo se queman en las honduras.
Refulgen sus últimos guiños
tras la corteza anciana y cálida de la tierra dormida,
paciente, imperturbable abuela de los ciervos.

Circula como arroyos ciegos y cansados
en el jugo de las bayas, en el líquido espinal,
a través de las flautas de las zarzas.
Las espinas del Sol lloran tdos los nombres,
se detienen silbando en las madrigueras
y en los vientres de las lobas,
coronando el musgo de hojarasca,
devolviendo el alado fuego a las charcas inundadas,
al barro generoso,
a la eterna mirada que vuela por el bosque.


















Imagen por Agnes Toth